MISSION TEAM CONFERENCE
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La Llenura del Espíritu Santo

Conversatorio entre Sebastián y Andrea Franz
Invitados Especiales al MTC 2025
Mensaje Central
La iglesia no es una organización, sino un organismo vivo que depende del Espíritu Santo para funcionar efectivamente. El enfoque principal de esta enseñanza es recordar que no podemos cumplir el llamado de Dios sin estar continuamente llenos del Espíritu Santo, lo cual se manifiesta a través de la obediencia a la voluntad de Dios.
Versículo Clave
Efesios 5:17-18 — "Por tanto, no sean insensatos, sino entiendan cuál es la voluntad del Señor. No se embriaguen con vino, en lo cual hay disolución, sino sean llenos del Espíritu."
Puntos Clave
1. La diferencia entre tener y estar lleno del Espíritu Santo
  • No basta con creer en el Espíritu Santo o tenerlo; debemos estar continuamente llenos de Él
  • "El mayor peligro del cristiano no es perder el Espíritu, sino dejar de estar lleno de Él"
  • La llenura no es solo un momento emocional en el culto, sino una condición diaria
2. La iglesia depende del Espíritu Santo
"El 90% de lo que la iglesia primitiva hacía, si el Espíritu Santo no estaba, iba a ser imposible. Más del 90% de lo que la iglesia hoy hace, si el Espíritu Santo no está, ni cuenta nos damos"
  • No debemos tratar a la iglesia como una "franquicia" que funciona con reglas y planes humanos
  • Ejemplos bíblicos: Bezalel (primer hombre lleno del Espíritu), los 70 ancianos, los jueces, y Jesús
3. Cualidades de una persona llena del Espíritu Santo
Depende de la oración
No solo de la lógica humana
Busca el interés del otro
No el propio
Vive en compasión
Amor en acción, no en pena
Apunta siempre a Cristo
En cada consejo
  • Lidera con el ejemplo, no solo manda
  • Se interesa en la salvación de personas, no en los números
  • Sabe escuchar y hacer preguntas, no solo responde
  • Es enseñable y sabe estar bajo autoridad
  • Camina en integridad en todos los aspectos de su vida
4. El llamado a evangelizar
90%
Cristianos sin fruto
Nunca han ganado un alma
33
Días para evangelizar
Todo el mundo si cada uno ganara uno diario
  • Si cada creyente ganara a una persona para Cristo cada día, y esa persona hiciera lo mismo al día siguiente, todo el mundo sería evangelizado en 33 días
  • La gran comisión no es una opción, es una obligación
  • El llamado de todo creyente es hacer discípulos, independientemente del área de servicio
Pasos de Acción Recomendados
Evaluar nuestra dependencia del Espíritu Santo
Preguntarnos sinceramente si nuestro servicio depende del Espíritu o de nuestras propias fuerzas.
Cultivar una vida de oración constante
Apartarse diariamente como Jesús lo hacía para estar en comunión con Dios.
Desarrollar empatía activa
Practicar "el arte de usar zapatos ajenos" ponerse en el lugar de los demás y actuar con compasión real.
Apuntar siempre a Cristo
Asegurarse de que todo consejo, enseñanza y acción apunte a Cristo y no solo a principios de autoayuda.
  1. Practicar el evangelismo intencional: Cada miembro del equipo debe comprometerse a compartir activamente su fe, no solo servir dentro de la iglesia.
  1. Mantener un corazón enseñable: Cultivar la humildad de recibir corrección y dirección sin ofenderse.
  1. Vivir con integridad: Asegurarse de que nuestra conducta en casa y en privado refleje lo mismo que demostramos en la iglesia.
  1. Volver al enfoque en "el uno": No obsesionarse con los números, sino valorar y amar a cada persona individualmente.
  1. Buscar ser lleno diariamente: Entender que la llenura es un proceso continuo de obediencia a la voluntad de Dios.
REFLEXION FINAL
La verdadera vida cristiana no se sostiene por esfuerzos humanos ni se mide por momentos emocionales, sino por una constante llenura del Espíritu Santo. Esta llenura diaria es la fuente de poder, dirección y propósito en la vida del creyente. Cuando dejamos de depender del Espíritu, corremos el riesgo de convertirnos en religiosos sin fruto. Por eso, el llamado es claro: evaluemos nuestra dependencia y renovemos cada día nuestra entrega, permitiendo que el Espíritu nos guíe con humildad, pasión y obediencia para cumplir con el propósito eterno de Dios: hacer discípulos y reflejar a Cristo en todo.